
Seis varones del Indostán, muy dados a aprender, fueron a ver al elefante (aunque todos ellos eran ciegos), para satisfacer la curiosidad de su mente.

El segundo al tocar un colmillo exclamó: "Vaya, ¿qué es esto tan suave, redondo y afilado? Para mí está claro que esta maravilla de elefante es como una espada"

El cuarto alargó su inquieta mano y palpó a la altura de la rodilla: "está bastante claro que a lo que más se parece esta asombrosa bestia es a un árbol"

El sexto, nada más empezar a tantear a la bestia por su oscilante cola, dijo: "Lo veo claro, el elefante es como una soga"


