viernes, diciembre 30, 2011

Suerte de Ariadna


En Creta, Teseo fue encerrado con los demás en el laberinto, donde vivía el monstruo. Pero antes había sido observado por Ariadna, hija de de Minos, que se había enamorado de él y le había dado un ovillo de hilo para volver a encontrar su camino por los complicados corredores del Laberinto. Teseo, en correspondencia, le había prometido casarse con ella.
Teseo derribó al Minoturo a puñetazos y volvió a marchar con los jóvenes que había salvado. Se llevaba también a Ariadna. Pero la embarcación hizo escala en Naxos. Ariadna se durmió en la orilla y al día siguiente, cuando se despertó estaba sola. La nave de Teseo había vuelto a marchar sin ella.
Se dice que Teseo amaba a otra mujer, o también que había recibido de Dioniso la orden de abandonar a Ariadna, con la que quería casarse el dios. Efectivamente, Dioniso no tardó en llegar y se llevó en su carro triunfal a la muchacha al Olimpo.
Mitologías. Del Mediteráneo al Ganges.
Pierre Grimal
Editorial Gredos
Madrid 2008

lunes, diciembre 19, 2011

El motor del progreso.

Si no hay lucha, no se progresa. Aquellos que hablan de libertad y, a pesar de ello, condenan la agitación son personas que quieren cosechar sin haber sembrado. Quieren lluvia sin truenos ni rayos. Quieren el océano sin el rugido de las grandes olas. El poder no concede nada sin que le sea exigido. Nunca lo hizo y nunca lo hará.
Frederick Douglas, 1957
Cit. en
Disparos
Producciones editoriales
Barcelona 1977

lunes, diciembre 12, 2011

La batalla del futuro

¡Y esa maldita historia de la libertad! En la actualidad la hemos reducido enormemente, tanto, que acabamos por vivir sólo en los márgenes de nuestra libertad a causa de todo lo que es automático en nuestra manera de pensar, de reaccionar, de hacer las cosas. Ésa es la gran  tragedia. Y hoy las escuelas no están hechas para enseñar a los niños a pensar, sino para enseñar a los niños a sobrevivir, para enseñarles cosas con las que más adelante encontrarán un trabajo en un banco. Y cuando te sales de ellas estás condicionado. No es nada fácil inventar algo.
En nuestros días, el hombre se encuentra sometido a la economía. Toda su vida está determinada por la economía. Ésa será, en mi opinión, la gran batalla del futuro: la batalla contra la economía que domina nuestras vidas, la batalla por el retorno a una forma de espiritualidad, o religiosidad, si prefieres llamarlo así, a la que la gente pueda recurrir. Porque el afán de saber qué estás haciendo en el mundo es una constante en la historia humana.
El fin es mi Principio
Tiziano Terzani
Maeva Ediciones
Madrid 2007