jueves, diciembre 10, 2009

La página que me salvó la vida

Carmelita Montiel, una virgen de veinte años, acababa de bañarse con agua de azahares y estaba regando las hojas de romero en la cama de Pilar Ternera, cuando sonó el disparo. El coronel Aureliano José estaba destinado a conocer con ella la felicidad que le negó Amaranta, a tener siete hijos y a morirse de viejo en sus brazos, pero la bala de fusil que le entró por la espalda y le despedazó el pecho, estaba dirigida por una mala interpretación de las barajas.
El capitán Aquiles Ricardo, que era en realidad quien estaba destinado a morir esa noche, murió en efecto cuatro horas antes que Aureliano José. Apenas sonó el disparo fue derribado por dos balazos simultáneos, cuyo origen no se estableció nunca, y un grito multitudinario estremeció la noche.
-¡Viva el partido liberal! ¡Viva el coronel Aureliano Buendía!
A las doce, cuando Aureliano José acabó de desangrarse y Carmelita Montiel encontró en blanco los naipes de su porvenir, más de cuatrocientos hombres habían desfilado frente al teatro y habían descargado sus revólveres contra el cadáver abandonado del capitán Aquiles Ricardo. Se necesitó una patrulla para poner en una carretilla el cuerpo apelmazado de plomo, que se desbarataba como un pan ensopado.
Cien Años de Soledad
Gabriel García Márquez
Edición Conmemorativa
Real Academia Española
Asociación de Academias de la Lengua Española
2007

4 comentarios :

Anónimo dijo...

No se puede huir del destino:

"¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? le preguntó.
Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
Toda la vida dijo."

Ab

la señorita rottenmeier dijo...

Mmmm... O bien no sé leer entre líneas o aquí la única que salvó la vida fue Carmelita...

victorzurdo dijo...

Ahí está, Carmelita vive, compuesta y sin destino.
O más bien con todos los destinos.
Entre las líneas están los dibujos.

Aitana Luis dijo...

Unos dibujos muy bonitos por cierto.
Agradecida y emocionada.