lunes, junio 01, 2009

El precio del progreso


Al principio, los seres humanos dedicaban la mayor parte de su tiempo a la pesca, procurarse comida (lo que suponía largos paseos por la campiña), practicar sexo, o por lo menos a intentarlo, adecentar el lugar en el que vivían, escuchar historias a la luz de la hoguera, consumir sustancias psicotrópicas integradas en ciertos ritos...


Hoy, la gente está deseando que llegue el fin de semana para irse de pesca, dar un paseo y hacer la compra, practicar sexo, o por lo menos intentarlo, limpiar un poco la casa y arreglar algún enchufe, ver películas en la oscuridad del cine o del salón, o consumir sustancias psicotrópicas de una manera no demasiado ritual...

50.000 años de progreso, para perder 5 de cada 7 días en no se sabe muy bien qué; mal negocio.

domingo, mayo 24, 2009

El peso de la esperanza

Por supuesto el joven hindú es  optimista. Ha estado en América y ha sido contaminado por el idealismo barato de los americanos, contaminado por las bañeras que hay en todas partes, por los grandes almacenes de cinco y diez centavos, por el bullicio, la eficiencia, la maquinaria, los altos salarios, las bibliotecas públicas, etc., etc. Su ideal sería americanizar la India. No está en absoluto de acuerdo con la manía regresiva de Gandhi. Adelante, dice él como un hombre de la Y.M.C.A. Mientras escucho sus relatos de América, comprendo cuán absurdo es esperar de Gandhi el milagro que desviará la marcha del destino. El enemigo de la India no es Inglaterra sino América. El enemigo de la India es el espíritu del tiempo, la palanca que no puede ser vuelta atrás. Nada será eficaz para neutralizar este virus que está envenenando el mundo entero. América es la encarnación misma de esta contaminación. Arrastrará al mundo entero al abismo sin fondo. [...]
En cierta forma la certidumbre de que no ha de esperarse nada tuvo un efecto saludable en mí. Durante semanas y meses, durante años, en verdad, toda mi vida había estado esperando ansiosamente que algo sucediera, algún suceso exterior que cambiara mi vida, y ahora, de pronto, inspirado por la absoluta desesperanza de todo, me sentía aliviado como si me hubieran quitado un gran peso de las espaldas.
Trópico de Cáncer 1934
Henry Miller
Arco de Eros
EDAF 1976

viernes, mayo 08, 2009

Ce malgré moi de sauvage

Sea cual sea mi sitio en el mundo, es evidente que no está aquí. Soy un salvaje. No soy un civilizado como vosotros. Soy un ser exiliado. Mi moral no es la de los burgueses.
Habiendo perdido todo su salvajismo, ya sin instinto y podría decirse sin imaginación, los artistas se extraviaron por todos los senderos en busca de los elementos creadores que eran incapaces de producir, y de ahí que sólo actúen en muchedumbres desordenadas, sintiéndose amedrentados, como perdidos, ­cuando van solos. Por eso no hay que aconsejar la soledad a todo el mundo, pues para soportarla y obrar a solas hay que ser muy fuerte.
Paul Gauguin

lunes, mayo 04, 2009

La libertad inventada


Pero así como en la astronomía la nueva concepción afirma: "Es verdad que no percibimos el movimiento de la Tierra, pero si admitiéramos su inmovilidad, llegaríamos a una situación absurda, en tanto que, admitiendo su movimiento, llegamos a una ley";

lo mismo sucede con la historia, en que la nueva corriente dice: "Es verdad que no sentimos nuestra dependencia; pero admitiendo nuestra libertad llegamos al absurdo, mientras que si admitimos nuestra dependencia con respecto al mundo exterior, al tiempo y a las causas, llegamos a las leyes".

En el primer caso debíamos renunciar a la conciencia de una inmovilidad en el espacio y admitir un movimiento que no sentíamos;

en el caso presente es necesario renuciar a una libertad de la que somos conscientes, y admitir una dependencia que no sentimos.
Guerra y Paz
León Tolstói
Taller de Mario Muchnik
Barcelona 2003

sábado, abril 25, 2009

Por hacerlo sencillo


Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables.

Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón.

Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.

Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas.

La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente.

Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón.

Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie.


(Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).

Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera.

Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

Instrucciones para subir una escalera
"Historias de Cronopios y de Famas"
Julio Cortázar

sábado, abril 11, 2009

Cosas que pueden hacerse con 32 años

Antonio Machado llegó a Soria.
George Lucas comenzó la producción de Stars Wars.

Alejandro Magno era, por fin, dueño del mayor imperio conocido hasta entonces, desde el subcontinente Indio hasta Alejandría.
Tamariz estrenó su legendario "número de París", con el que ganó el Premio Mundial de Cartomagia de 1973.

Muhammad Ali venció a Foreman en Kinshasa en el combate de boxeo más recordado de todos los tiempos.
Disney comenzó el proyecto del primer largometraje de animación de la historia del cine, "Blancanieves y los Siete Enanitos".

Richard Corben abandonó su trabajo como asalariado para dedicarse en exclusiva al cómic.
Charles Manson salió de la carcel, y comenzó a reclutar el grupo con el que pasaría a la historia.

lunes, abril 06, 2009

Conciencia de clase


¡Qué placer, volver a clase casi veinte años después, y encontrarte, como en una casa sin madre, las cosas igual que cuando te fuiste! Porque a mí no me engañan; debajo del polvo de tantos años, debajo de todos esos cambios en el peso y distribución del pelo, de todos los triunfos y derrotas, viajes y mudanzas, amores y desamores, contratos y despidos, muertes y nacimientos que maquillan el primer golpe de vista, no dejé de ver ni por un momento a las mismas personas, intactas, que me dijeron adiós mientras yo decía adiós a Barcelona.

Así que ésta es la primicia:
Mi clase 23 - tiempo 0

Me parece que es la primera vez que gano al tiempo.
¡pero ha sido por goleada!

lunes, marzo 23, 2009

La lección del elefante


Seis varones del Indostán, muy dados a aprender, fueron a ver al elefante (aunque todos ellos eran ciegos), para satisfacer la curiosidad de su mente.

El primero se acercó al elefante, y al chocar con su ancho y robusto costado, enseguida comenzó a gritar: "¡El elefante es como un muro!"
El segundo al tocar un colmillo exclamó: "Vaya, ¿qué es esto tan suave, redondo y afilado? Para mí está claro que esta maravilla de elefante es como una espada"
El tercero se aproximó al animal, y al tomar entre sus manos la retorcida trompa dijo: "Ya veo, el elefante es como una serpiente"
El cuarto alargó su inquieta mano y palpó a la altura de la rodilla: "está bastante claro que a lo que más se parece esta asombrosa bestia es a un árbol"
El quinto al tocar la oreja dijo: "Hasta el más ciego puede descifrar que a lo que más se parece este animal es a un abanico"
El sexto, nada más empezar a tantear a la bestia por su oscilante cola, dijo: "Lo veo claro, el elefante es como una soga"

Y así, estos hombres del Indostán comenzaron a discutir largo y tendido, cada uno defendiendo su opinión, y cada uno tenía su parte de razón, aunque todos estaban equivocados.