Después de vacaciones la gente se reencuentra con su entorno habitual.
Nos contamos lo que hemos vivido separados para sincronizar de nuevo nuestras vidas. Se parece un poco a volver a clase en septiembre.
En el fondo seguimos aplicando los esquemas que aprendimos en la infancia: si han sobrevivido 30 años, tienen que ser más fiables que cualquier aplicación informática, la palabra de un presidente, o la mayor parte de los coches de gama media.
jueves, septiembre 21, 2006
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