Muchas personas, influidas por las tendencias contemporáneas en psicología, atribuyen la mayoría de sus problemas a experiencias de infancia. Ahora bien, si eso se hace con la intención de asignar culpas -"tengo problemas por lo que hicieron mis padres cuando era niño"-, no hace más que preparar el terreno para que se sientan responsables y tengan miedo de perjudicar a sus propios hijos cuando tengan su familia. Este tipo de angustia no contribuye a educar a los hijos de forma saludable ni a sentir compasión hacia los demás. Concebir nuestra infancia como si fuera una enfermedad de la que tenemos que curarnos sólo sirve para hacernos daño a nosotros mismos y a nuestros hijos.
Budismo para principiantes
Thubten Chodron
Alianza Editorial, Madrid 2002