martes, diciembre 09, 2014

Inmortalidad e indiferencia

Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal. He notado que, pese a las religiones, esa convicción es rarísima. Israelitas, cristianos y musulmanes profesan la inmortalidad, pero la veneración que tributan al primer siglo prueba que sólo creen en él, ya que destinan todos los demás, en número infinito, a premiarlo o castigarlo.
Más razonable me parece la rueda de ciertas religiones del Indostán; en esa rueda, que no tiene principio ni fin, cada vida es efecto de la anterior y engendra la siguiente, pero ninguna determina el conjunto...
(...) Sabía que en un plazo infinito le ocurren a todo hombre todas las cosas. Por sus pasadas o futuras virtudes , todo hombre es acreedor a toda bondad, pero también a toda traición, por sus infamias del pasado o del porvenir. Así como en los juegos de azar las cifras pares y las impares tienden al equilibrio, así también se anulan y se corrigen el ingenio y la estolidez (...)
Encarados así, todos nuestros actos son justos, pero también son indiferentes. No hay méritos morales o intelectuales. Homero compuso la Odisea; postulado un plazo infinito, con infinitas circunstancias y cambios, lo imposible es no componer, siquiera una vez, la Odisea.
Nadie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres.
El Inmortal
El Aleph
Jorge Luis Borges
Alianza Editorial / Emecé Editores
Madrid 1975

jueves, noviembre 13, 2014

Insustancialidad y libre mercado

 ¿Qué tienes que decir sobre la teoría de que en una economía de mercado libre se le da a la gente lo que quiere y, si no lo quiere, es libre de rechazarlo y buscar otra cosa?
Ya, claro, Eso funciona unos tres días. [risas.]
Después, el tipo que tiene más éxito empieza a comprar la parte de los otros, y muy pronto deja de ser un mercado libre. Entonces te hacen tragar las cosas a la fuerza, tanto si quieres como si no, porque es el único que las tiene.
Luego, encuentra la manera barata de quedarse con la mayor parte del dinero, ya sea para vivir la vida o para invertir en cualquier otra cosa a su alcance de la que pueda sacar algo, comprando las partes de los pequeños empresarios. (...)
Poco a poco, el producto se volvió más insípido y artificial. La gente se acostumbró a esa falta de sabor y a esa artificialidad porque resulta más fácil; es predecible, confiable.
Es como una hamburguesa del McDonald's: sabes lo que puedes esperar. Se elimina el factor de incertidumbre. No va a ser una pasada, pero será comestible.
Es igual en todas partes: es práctico, cómodo y barato. Rápidamente, todo en la vida se reduce a eso. Todo en la vida se reduce a una hamburguesa McDonald's: es comestible, pero no tiene mucha sustancia.
¿Cree que hay una falta de moral en ese proceso?
Sí, lo creo. Creo que hay que ser muy avaricioso y cruel para hacerle eso al mundo con el único fin de amasar una fortuna.
Entrevista de Gary Groth a Robert Crumb
publicada originalmente en
The Comics Journal, núm. 121, abril de 1988
R. Crumb: Entrevistas y Cómics
Gallo Nero Ediciones S.L.
2014

viernes, noviembre 07, 2014

Hambre de ruiseñor

En la entrada del camino de la ciénaga se había puesto un anuncio que decía “Macondo” y otro más grande en la calle central que decía “Dios existe”. En todas las casas se habían escrito claves para memorizar los objetos y los sentimientos. Pero el sistema exigía tanta vigilancia y tanta fortaleza moral, que muchos sucumbieron al hechizo de una realidad imaginaria, inventada por ellos mismos, que les resultaba menos práctica pero más reconfortante.
(...) el padre  se recordaba apenas como el hombre moreno que había llegado a principios de abril y la madre se recordaba apenas como la mujer trigueña que usaba un anillo de oro en la mano izquierda, y (...) una fecha de nacimiento quedaba reducido al último martes en que cantó la alondra en el laurel.
Cien años de Soledad
Gabriel García Márquez
Edición Conmemorativa
Real Academia Española y
Asociación de Academias de la Lengua Española
Madrid 2007


jueves, octubre 23, 2014

Metafísica de los CIEs


 Sobre la desnudez del recién nacido, aún no arropado con los arneses jurídico-legales, se construye y reconstruye perpetuamente el poder de soberanía del estado, con la asistencia de prácticas de inclusión/exclusión dirigidas a todos los aspirantes a la categoría de ciudadanos que caigan bajo su esfera de influencia. Podemos conjeturar que la reducción de la bios al zöe, que es para Agamben la esencia misma de la soberanía moderna (o también podríamos decir: la reducción del Leib, el cuerpo viviente-actante, al Körper, un cuerpo sobre el que se puede accionar pero que no puede actuar) es la conclusión necesaria de haber hecho del nacimiento la única condición "natural" de acceso a una nacionalidad, sin necesidad de responder preguntas o pasar exámenes.
Todos los demás aspirantes que puedan golpear a las puertas del Estado soberano para ser admitidos suelen ser sometidos primero a un ritual de desinvestidura. Como sugiere Victor Turner y según el modelo de tres pasos de los ritos de pasaje de Van Gennep, antes de que los recién llegados, que aspiran a un lugar social, tengan acceso (en caso de dárselos) a ese nuevo guardarropas donde están guardados los atavíos apropiados y necesarios para ese lugar, deben ser desvestidos (no sólo metafórica sino literalmente) de todos los aparejos de su anterior condición. Deben estar durante un tiempo en estado de "desnudez social" y permanecer en cuarentena en un lugar "entre y en el medio", en el que no hay disponibles ni están permitidas o aprobadas las prendas con un significado social definido o aprobado. Un purgatorio intermedio en "ninguna parte" -que separa las parcelas del mundo fraccionado y concebido como sumatoria de lotes especialmente separados- separa a su vez a los recién llegados de su nuevo espacio de pertenencia. De ser concedida, la inclusión debe estar precedida de una exclusión radical.
Amor Líquido
Acerca de la Fragilidad de los Vículos Humanos
Zygmunt Bauman
Fondo de Cultura Económica
Buenos Aires 2005

martes, septiembre 23, 2014

Manzanas rojas

Soñaría con una manzana apetitosa que, al intentar comerla, resultara ser sólo la monda, hueca.
Despertaría con miedo a hincarle el diente a todo lo bueno de la vida.
Recordaría feliz que lo más maduro de la fruta es también lo más dulce.

domingo, septiembre 07, 2014

Puertas abiertas

14 Al reconocer la voz de Pedro, de pura alegría, no abrió la puerta, sino que corrió a anunciar que Pedro estaba en el portal.
15 Le dijeron:
-¡Estás loca!
Pero ella insistía en que era cierto.
Replicaron:
-Será su ángel.
16 Pedro seguía llamando. Le abrieron y se quedaron de una pieza.
Hch 12, 14-16
Biblia del peregrino
Traducción dirigida por
Luis Alonso Schökel
Ediciones Mensajero
Bilbao 2009

lunes, agosto 18, 2014

Chorizos para atar perros

Para desestimar las quejas que puedan resultar de los veredictos de los mercados, los políticos cuentan con la ya probada fórmula del NHA ("No hay alternativa"), un diagnostico que no colma las expectativasde nadie, una hipótesis para nada alentadora de ellos mismos.
Cuanto más repiten la fórmula, más absoluta es la rendición de la soberanía del estado a los bienes de consumo, y más sobrecogedora e inabordable se vuelve la soberanía del mercado.
(...) Mucho más revolucionaria (y potencialmente fatal para esa forma que el Estado adoptó en la era moderna) es otra tendencia que mina los cimientos más profundos de la soberanía del Estado: la inclinación de ese Estado debilitado a ceder muchas de sus funciones y prerrogativas a los poderes impersonales del mercado.
O la rendición incondicional del Estado al chantaje con el que las fuerzas del mercado contrarrestan las políticas que favorecen y votan los electores, fuerzas que arrebatan a la ciudadanía su carácter de punto de referencia y árbitro definitivo de las normas políticas.
(...) El Estado en su conjunto, incluidos su brazo legislativo y judicial, se convierte en el ejecutor de la soberanía de los mercados.
  Vida de Consumo
Zygmunt Bauman
Fondo de Cultura Económica
Madrid 2007

lunes, junio 23, 2014

Brillo en los ojos de Linneo

 En Estética de lo Borde, Smash -parece ser que en la elaboración del manifiesto participaron además de Julio, Gualberto, Antonio y Manuel, el que por entonces hacía las veces de "mánager" del grupo, Gonzalo García Pelayo- dividía el mundo de la siguiente guisa:
El mundo se divide en:
1.1. Hombres de las praderas (Bob Dylan, Jimi Hendrix, Mick Jagger, etc.).
1.2. Hombres de las montañas (Manson, Hitler, etc.).
1.3. Hombres de las cuevas lúgubres (funcionarios).
1.4. Hombres de las cuevas suntuosas (presidentes de consejos de administración, grandes mercaderes).
Los hombres de las praderas son los únicos que están en el rrollo y que han salido del huevo. Sus carnets de identidad son sus caritas. Los hombres de las montañas se enrollan por el palo de la violencia y la marcha física. Los hombres de las cuevas lúgubres se enrollan por el palo del dogma y te suelen dar la vara chunga. Los hombres de las cuevas suntuosas se enrollan por el palo del dinero y del roneo.
Cuenta Díaz Velázquez en uno de los mejores enrrolles que se han hecho aquí sobre todo aquel movimiento de la música underground-progresiva (revista Cau, Barcelona) que cuando alguien preguntó a uno de los Smash si era un hombre de las praderas, le contestó "¿Qué pasa contigo tío? ¿Es que no brillan mis ojos?"
De Qué Va el Rrollo
Jesús Ordovás
Las Ediciones de la Piqueta
Madrid 1977

viernes, junio 06, 2014

Un traje para el emperador

Los reyes y las reinas visten las prendas solamente una vez, aunque estén cofeccionadas por un sastre o modisto real, y no conocen la comodidad de unas ropas con las que nos sentimos bien. Sus hombros no son mejores que los de los caballetes de madera donde se cuelgan las ropas recién lavadas.
 Cada día que pasa nuestras prendas se parecen más a nostros, y reciben la marca del carácter personal, hasta el punto de que retrasamos el momento de deshacernos de ellas, querríamos aplicarles el tratamiento médico y hasta cierto punto la solemnindad parecida a la que tenemos con nuestro cuerpo. Nunca un hombre perdió mi estima por tener un remiendo en sus ropas; sin embargo, estoy seguro de que, por lo general, existe mayor preocupación por llevar ropa a la moda, o por lo menos limpia y sin remiendos, que por vivir con la conciencia sosegada.
 Vestid a un espantapájaros con vuestro traje nuevo y deteneos desnudos a su lado, ¿quién no saludaría antes al espantapájaros? (...) También he oído hablar de un perro que ladraba a cualquier desconocido que se acercara vestido a la casa de su dueño, pero se mostraba tranquilo cuando aparecía un ladrón desnudo.
Sería interesante saber cuánto tiempo resistiría la jerarquía social de los hombres si fueran despojados de sus vestiduras.
Walden
Henry David Thoreau
Colección la Muchcha de Dos Cabezas
Errata Naturae Ediciones
Madrid 2013

domingo, mayo 04, 2014

Heráclito en la playa

 
Ningún Yo está solo.
 Detrás de él hay una cadena incomensurable de aconteceres físicos y -como una clase especial de los mismos- ciertos sucesos intelectuales, a la que pertenece como miembro antagónico y que continúa.
Por la situación momentánea de su somatismo y en especial de su sistema cerebral y por la educación y la transmisión mediante la palabra, la escritura, el monumento, la costumbre, la forma de vivir, el entorno modificado...
 por todo eso que denominaremos con mil palabras y que con mil giros no agotaremos, el Yo no está encadenado al acontecer ancestral, no es su (esclusivamente su) producto, sino más bien, en el más estricto sentido de la palabra, lo mismo, su estricta continuación inmediata, como el Yo de los cincuenta años es la continuación del Yo de los cuarenta años.
Es bastante curioso que la filosofía occidental aceptara, casi de forma generalizada, la idea de que la muerte del individuo no significa el fin de nada esencial en la vida, mientras que por le contrario -con la excepción de Schopenhauer- apenas se dignara pensar en el más entrañable y feliz acontecimiento, que va de la mano del anterior: es decir que se cumpla lo mismo para el nacimiento individual, mediante el cual no soy antes creado sino que, en cierto modo, voy despertando lentamente de un profundo sueño.
Así me parece que mi angustia e inquietud, ambición y preocupación no son lo mismo que las de miles que vivieron antes que yo, y puedo creer que trancurridos miles de años todavía podrá cumplirse aquello que yo había implorado hace miles de años por vez primera.
Ninguna idea germina en mí, que no sea la continuación de la de un ancestro y por lo tanto no es un germen joven, sino el desarrollo predeterminado de un brote del vetusto y sagrado árbol de la vida.
Mi concepción del Mundo
Erwin Schrödinger
Superínfimos 12
Tusquets Editores
Barcelona 1988

viernes, abril 18, 2014

Apología del terrorismo

 Nunca hablo de literatura por que no sé lo que es, y además estoy convencido de que el mundo sería igual sin ella. En cambio, estoy convencido de que sería completamente distinto si no existiera la policía. Pienso, por tanto, que habría sido más útil a la humanidad si en vez de escritor fuera terrorista.
Gabriel García Márquez
Retratos y Autorretratos
Sara Facio y Alicia D'Amico
Ediciones Crisis
Buenos Aires 1973

viernes, abril 04, 2014

Estadística catódica

 "Un momento", dije, "quiero comprender cómo hacéis el truco. Vosotros habláis siempre de porcentajes, diez, veinte, cinco, cincuenta por ciento, pero nunca decís de qué es el tanto por ciento". Parecía atontado, cuando tomó la copa de coñac, bebió y me miró. "Quiero decir", dije, "que no he aprendido mucho de cálculos, pero sé que el ciento por ciento de medio pfenning es medio pfenning, mientras que el cinco por ciento de mil millones son cincuenta millones... ¿comprendes?".
"Dios mío", dijo, "¿te sobra tanto tiempo para la televisión?".
Opiniones de un Payaso
Heinrich Böll
El País - Clásicos del Siglo XX
Madrid 2002