domingo, noviembre 07, 2010

Imperativo del consejo a Áryuna

- ¿Qué haces?
- ¡Oh!... Pienso...
- Yo también pienso alguna vez, pero no basta solamente con pensar. El pensamiento solo no existe. Dime: ¿se puede únicamente pensar?
- No, no se puede... "La vida es lo que hay que hacer" y no podemos eludir el quehacer de la vida. Es terrible pero es innegable: el hombre cuyo quehacer fuera ser un asesino tiene que serlo. El destino es precisamente lo que no se elige... somos ese personaje programado que necesita realizarse.
- No me comprendes. ¡Contéstame!: Si alguien se te acercara y no tuviese más que este revólver, y no hubiese otra solución para él más que disparárselo en la boca, o venderlo para liberarse del hambre, dime, tú ¿qué harías?
- ¡...! ¿Quieres realmente venderlo?
- No tengo más que el revólver y el hambre.
- No puedo darte más...
Tomó el dinero... metió el revólver en uno de los bolsillos de Víctor Ramos y huyó sin decir palabra, ni siquiera dar las gracias. El tacón de una bota gemía sordamente a cada paso sobre el húmedo empedrado... visto de lejos, causaba una gran piedad.
Aunque Víctor Ramos había procurado no pensar en ello, la forzada compra de la mañana le había inquietado. Por la noche, después de un día horriblemente igual a los demás, -haciendo la historieta de "Romance" que día por día y durante veintidós años venía realizando- sacó el revólver del fondo del bolsillo de su abrigo. Cuando lo tuvo ante sí comprendió que un enemigo había entrado en su casa.
Nova-2
Luís García
Ediciones Glenat
Barcelona 2004