Estoy en primera fila, y sé que no tendré que terminar el examen, pero sí empezarlo, para que tenga validez para los verdaderos examinados. Sé también que es la nueva Selectividad, que complementa a la habitual y que no puntúa para elegir carrera, pero cuya nota será determinante en la vida de estos estudiantes. Alguien que posteriormente fue muy feliz, sacó un ocho y medio.
Aunque es un examen tipo test, la respuesta debe ser necesariamente un comentario de texto. Le indico al examinador que las preguntas están en latín, y que eso dificultará las cosas considerablemente, pero me contesta que no es tan grave, y que ni siquiera es verdadero latín. Efectivamente, las primeras palabras son Lorem Ipsum.
Estamos bajo una pérgola de madera, y un tipo trajeado, con pajarita y bigote corto, muy solemne, grita indignado "Pero entonces, ¡estamos pariendo dos tipos de ciudadanos!" y sin saber por qué, le contesto "¡Te sobran cojones para poder parir ciudadanos!".
Tomo conciencia, lentamente, de que estoy dormido mientras me alejo de la pérgola, y me asalta el recuerdo de un pensamiento extraño que me acompañó mientras pedaleaba por Europa este verano: cuanto más deprisa, cuanto más abstraído, cuanto más lejano el horizonte en el que se fija la vista, más improbable es caerse. Sostenerse en una bicicleta parada, mirando al suelo, es dificilísimo. Y, sin embargo, sólo subiéndose a una bicicleta inmóvil puede uno empezar a pedalear.