jueves, enero 22, 2015

En defensa de la jornada reducida

 
Como advirtió Max Weber [The protestant Ethic and the Spirit of Capitalism, George Allen and Unwin 1976, pp. 56-61] (...) el "trabajador tradicional" no deseaba ganar cada vez más dinero, sino simplemente "vivir tal y como estaba acostumbrado a vivir, y ganar lo necesario para hacerlo". Para un "trabajador tradicional", la "oportunidad de ganar más era menos atractiva que la de trabajar menos".  (...) ¿Por qué deberían esforzarse y trabajar más duro si ya "tenían todo lo que necesitaban"?
(...) Podríamos decir que "el adversario más importante" con el que debe habérselas el capitalismo contemporáneo es el "consumidor tradicional": alguien que actúa como si los bienes que se ofrecen en el mercado sirvieran para lo que se publicita que sirven: satisfacer necesidades. (...) El "enemigo público número uno" del mercado de consumo es la gente para la cual la meta de la carrera hacia la felicidad es poder llegar a decir: "Tengo todo lo que necesito, basta de tanto escándalo, me quedo tranquilo".
La Sociedad Sitiada
Zygmunt Bauman
Fondo de Cultura Económica
Buenos Aires 2004