La tolerancia, amigos míos, es el respeto a las ideas, a los sentimientos y a los gustos de los demás, aunque estas ideas, estos sentimientos y estos gustos choquen con los nuestros y nos parezcan equivocados y lamentables.
No puede haber tolerancia para el mal y para cuanto signifique incumplimiento de la ley. No puede haberla para la suciedad, para la mentira, para la holgazanería, para el robo, para la injusticia.
Pero sí debe haberla para la manera de pensar de los que nos rodean, para sus aficiones, para sus preferencias.
La tolerancia hace posible y fácil la vida social permite que se traten bien y que se estimen personas de diferente partido, de distintas creencias religiosas, de diversa cultura y de las más varias costumbres y aficiones.
En cambio, la intolerancia, ¡cómo perturba y dificulta la vida de las familias y de los pueblos!
¡Cuántos males ha producido en todos los tiempos!
Afortunadamente, hoy todos los pueblos civilizados tienen establecida la libertad o tolerancia de cultos, y fuera de algún gobierno que pierda temporalmente la cabeza, en ningún país moderno es nadie perseguido por sus ideas políticas o religiosas.
Nueva Enciclopedia Escolar
Félix Martí Alpera
Hijos de Santiago Rodríguez
Imprenta - Casa Editorial - Librería
Burgos 1936