¡Y esa maldita historia de la libertad! En la actualidad la hemos reducido enormemente, tanto, que acabamos por vivir sólo en los márgenes de nuestra libertad a causa de todo lo que es automático en nuestra manera de pensar, de reaccionar, de hacer las cosas. Ésa es la gran tragedia. Y hoy las escuelas no están hechas para enseñar a los niños a pensar, sino para enseñar a los niños a sobrevivir, para enseñarles cosas con las que más adelante encontrarán un trabajo en un banco. Y cuando te sales de ellas estás condicionado. No es nada fácil inventar algo.
En nuestros días, el hombre se encuentra sometido a la economía. Toda su vida está determinada por la economía. Ésa será, en mi opinión, la gran batalla del futuro: la batalla contra la economía que domina nuestras vidas, la batalla por el retorno a una forma de espiritualidad, o religiosidad, si prefieres llamarlo así, a la que la gente pueda recurrir. Porque el afán de saber qué estás haciendo en el mundo es una constante en la historia humana.
El fin es mi Principio
Tiziano Terzani
Maeva Ediciones
Madrid 2007