1. No hay papeleta de voto tan cierta como tu tarjeta bancaria. Cada vez que pagas, fomentas una política comercial. Sé responsable.
2. Compra siempre que puedas de segunda mano. No dejes que objetos útiles se oxiden en un desván, lanzándote a por lo nuevo: no renueves lo que funciona.
3. Los pobres compran dos veces. Compra como los ricos: cosas hechas para durar. Si cuesta el doble, pero dura el doble y la calidad es mejor, es rentable.
4. Cocina tu propia comida, y así sabrás qué comes. Compra alimentos con el mínimo envase posible. El envase lo pagas, pero no te lo comes.
5. Mira cuántas cosas de los contenedores aún pueden servir. Una capa de pintura ayudará a que haga juego con el resto de tu decoración.
6. Fomenta el trueque, y elimina el dinero de las negociaciones siempre que puedas. Menos intermediarios, más beneficio para los implicados.
7. Utiliza la bicicleta. Es barato, sano, y rápido. Además, así molas más. Da ejemplo. A largo plazo, la ciudad se hace a la medida de la mayoría.
8. Antes de firmar un contrato de cliente, léetelo de arriba a abajo. No dejes que te metan prisa. Los que escriben los contratos, bien que se toman su tiempo. Si algo no está claro, consulta antes de firmarlo. No dejes nada fuera de tu comprensión porque, llegado el momento, no te servirá de excusa.
9. No trabajes gratis. Hasta los esclavos obtenían comida y techo a cambio de su trabajo.
10. No pongas la televisión sin saber qué vas a ver. Elige tú, no dejes que la programación te elija a ti.