jueves, mayo 25, 2006

Aprender a elegir

Ya hace algún tiempo de esto, así que el libro debe de andar publicado en alguna parte. Eran unas ilustraciones para dos cuentos:
Juan sin Miedo



y La zorra y el cuervo



Fue un trabajo muy bonito. Supongo que toda la gente aficionada al dibujo sueña alguna vez con ilustrar cuentos infantiles. Luego, cuando llega el momento que soñaste desde la infancia, descubres que es como todos los trabajos: no lo puedes hacer a tu gusto, porque prima el criterio del editor, que para eso está, ni dedicarle el tiempo que merece, porque hay unas fechas de entrega, ni el acabado que imaginaste, porque hay una línea editorial y no te vas a poner tú a dar el cante.
Pero no importa, porque la verdad es que si te dejaran, harías lo de siempre, y así tienes que encontrar soluciones nuevas (¡y rápidas!) y eso estimula los reflejos. Soñamos con el día en el que nosotros pongamos las reglas, pero si para entonces no hemos aprendido a seguir las de los demás, las nuestras nacerán de la ignorancia.
Dadme la posibilidad de elegir, pero mostradme primero las opciones.

lunes, mayo 22, 2006

El cumpleaños de Elena



La fiesta del cumpleaños de Elena se celebró en la ámplia terraza de su casa. Trancurrió plácidamente, y me permitió dibujar a gusto. Sin música alta, ni estridencias, nadie parecía tener prisa. Excepto quien tuviera alergia, claro.

viernes, mayo 19, 2006

Dibujar gallos


Cuando los cuadernos se empiezan a amontonar en las estanterías no puedo evitar preguntarme para qué sirven, para qué sirve el tiempo empleado, por poco que sea. Pero de vez en cuando, lo sé. De vez en cuando, a uno le encargan cosas que dibujar.
Entonces, me acuerdo de la historia esa del japonés que le pidió a un amigo artista que le dibujara un gallo. El amigo artista accedió de buen grado, y siempre que se veían se lo recordaba
-oye, amigo artista, ¿qué pasa con mi gallo? (Bueno, los japoneses no dicen así las cosas, al menos en los cuentos, pero tampoco nos vamos a poner a echarle cuento al cuento).
Y el otro contestaba
-estoy en ello, estoy en ello
Un día, harto de esperar y con una pared vacía, el japonés que esperaba le dijo al amigo artista
-mira, si no lo vas a hacer me da igual, pero no me cuentes tu vida.
Y el amigo artista le invitó inmediatamente a su estudio para solucionar el asunto. Al llegar, cogió un pincel y dibujó en un gran papel japonés un gallo simplísimo, bellamente sintetizado en cuatro pinceladas. Un dibujo soberbio. El japonés que esperaba se indignó
-amigo pintor, eres un grandísimo cabrón (ya, ya sé que los japoneses no hablan así. Pero yo sí, y soy el que cuenta el cuento). He esperado durante cinco años, y resulta que podías hacerlo en cinco minutos, sin ningún esfuerzo.
-Este sí, pero no los demás- respondió el japonés artista. El amigo, que ya no esperaba, y que había perdido sabiamente la paciencia justo cuando ya no la necesitaba, miró entonces a su alrededor y comprobó que el estudio estaba repleto de los dibujos fallidos de gallos que su buen amigo artista había estado haciendo durante cinco años.
No sólo iba a publicar en el blog dibujos de gallos. Éste me lo han encargado para un cumpleaños de alguien a quien no conozco.
Feliz cumpleaños.

jueves, mayo 11, 2006

Otra vez en granada

Otro viaje a Granada, esta vez cometiendo la torpeza de no llevar ningún rotulador con el dibujara cómodo.
Pruebo a mezclar rotulador y lápices de colores con la galga de Óscar y Susana

pero la cosa queda un poco sucia.
En casa de Santi, éste se entusiasma y prueba a hacer su propio dibujo

Me gusta la gente que sigue dibujando toda la vida. Algunos lo dejan porque dicen que se les da mal. Mientras, ejercen en su vida personal y profesional de muchas otras cosas que no hacen bien, con graves consecuencias a su alrededor. La ventaja de dibujar es que si lo haces mal, no pasa nada. Santi tiene incluso sus propios lápices acuarelables. Me los prestó y dibujé a Sofía

Luego, copié la misma foto que copiaba él.

Animales que se comen

En la nueva casa de Guillermo y Dalia había un libro de cocina. Los animales que se comen son más bonitos antes de ser comestibles.