viernes, noviembre 10, 2006
Amsterdam a los 30
Por fin llegó el viaje a Amsterdam que Sofía me regaló. Saludo a la década de mis 30 en la capital de la tolerancia y el sentido común. Toda la ciudad ha adaptado su tempo al ritmo de un viaje en bicicleta. En Amsterdam da tiempo.
No hay que dejarse impresionar por la anécdota de los coffeshops, porque no son más representativos de Amsterdam que los toros de Madrid. Sin embargo, la tolerancia y el saber estar que se encuentra uno en el interior harían enrojecer de envidia a los bares basados en consumo de alcohol de más categoría.
En el hotel, wifi y moderación marcan la diferencia con mi anterior visita.
Algunas ciudades son como los buenos libros, que se releen sin esperar sorpresas, sólo para imaginar qué bueno habría sido que se te hubiese ocurrido a ti.
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