viernes, junio 08, 2012

Crisis creativa del ello

Estamos en una especie de isla, abandonados. somos unos 20 ó 30. Ella extiende unas revistas Elle sobre la cama, arruga la ropa de cama con los pies descalzos, y las revistas se diluyen. Veo llegar un barco, por fin, a rescatarnos. Lo descubro yo, es un barco pirata con aire vikingo.
Sólo que no queremos que nos rescaten. Sólo queremos el cargamento, de madalenas, que vamos poniendo cuidadosamente en cajas para meterlo en la nevera, y que nos duren. Tengo mucho dinero: varios billetes de cincuenta, algunos de veinte y dos o tres de cinco. Son los nuevos euros, modernísimos. Tienen un cuadradito negro, como la pantalla de una calculadora, que percibe los billetes de debajo, y en el cuadradito del billete superior aparece la suma del fajo de billetes.
Funciona mal. Los billetes no están cortados con el mismo tamaño exacto, y si los cuadraditos no están alineados salen valores raros, en plan cuarenta y seis, o cuatro. A veces falta un trozo de número... Se lo cuento a Pilar, que no demuestra interés, y a mi madre, que dice que no entiende de cosas modernas. Yo les explico que es porque son billetes hechos en Alemania, y que son malos. España ha tenido grandes grabadores, y los billetes españoles han sido siempre de altísima calidad.
A nadie parece importarle, pero yo creo que nos la han colado, y que así no podremos saber cuánto dinero tenemos si no lo contamos nosotros.
Me despierto. Faltan diez minutos para que suene el despertador.