Cuando dibujamos un animal debemos tener la sensación de que están haciendo algo, por más simple que sea la acción. A pesar de nuestra vasta superioridad mental, los animales tienen entendimiento y hacen uso de él. En el hombre, la razón ha sustituido en gran medida al instinto.
Los animales piensan más con el cuerpo que los hombres. Cuando sienten miedo o están enfadados, las orejas se les pegan a la cabeza y se les eriza el pelo a lo largo de la columna. El perro, cuando ve comida, babea.; los pájaros macho enseñan las plumas cuando cortejan a la hembra.
No hay ningún tipo de afectación: los animales siempre están absortos en lo que sea que estén haciendo, y así debemos sentirlo cuando les dibujamos.
Dibujando Animales
Alexander Calder
Editorial Elba
Barcelona 2011