De entre todas las sincronías de la historia de tu vida, extraerás aquellas que le den sentido al futuro que soñaste. Todas las autobiografías son, por tanto, una trampa, una novela de detectives leída desde la última página. Sólo puedes ganar.
En el cajón de los recuerdos no recurrentes, de las anécdotas sin sentido, están todas las vidas que elegiste no vivir.
Por eso, vuelca los cajones sobre el escritorio; porque todo está escrito de antemano, pero tú no eres eso: eres la antología de tu propia memoria.