González Requena (pág. 80, El Espectáculo Informativo, Madrid, Akal, 1989) es muy tajante cuando afirma que "el discurso televisivo dominante -en cuyo interior, y como uno de sus subgéneros, se inscriben los discursos informativos de mayor difusión- interpela a los individuos no como sujetos sociales, sino como espectadores, no como quienes podrían utilizar la información recibida como instrumento para su intervención en algún espacio social, sino como aquellos que, aislados de todo espacio social, encerrados en su sala de estar, hundidos en el confort de su tresillo, contemplan el incesante espectáculo del mundo".
No se ofrece, pues, una información para utilizar sino para consumir. No se pretende la acción sino la contemplación. No se busca movilizar, sino tranquilizar.
Televisión y Educación
Joan Ferrés
Ediciones Paidós Ibérica
Barcelona 1994