viernes, agosto 26, 2011

Llamada intempestiva

Me despierta el teléfono a las dos y media de la mañana. Una desconocida me explica que cogió un dibujo de mi blog para la maquetación un folleto de alguna localidad de levante, pero que no puede pagarlo.
El ayuntamiento está mal de fondos y, simplemente, no hay dinero. No disimulo mi mosqueo: si por lo menos fuera para una asociación de ayuda a animalitos, o algo así... pero bancos y administraciones públicas ya se han reído bastante de nosotros, y nos han robado lo suficiente. Aunque la chica parece sinceramente avergonzada, no aporta ninguna solución. Me irrita, sobre todo, que son hechos consumados porque, según me explica, el folleto ya está impreso.
Mientras discutimos, voy subiendo las persianas de las ventanas del salón. El salón parece normal, pero fuera es pleno día, a pesar de la hora que se supone que es. Y los marcos de las ventanas son de aluminio pintado en blanco, y no los habituales en madera. Y además, hay unos toldos, pero hacia dentro del salón. Comprendo que es sólo un sueño y, mientras me voy despertando, aún tengo tiempo de decirle:
- ¡Y la próxima vez, al menos ten la honradez de llamar despierta!