-(...) Imagínate que te topas con un loco que te dice que es un pescado y que todos somos pescados. ¿Vas a discutir con él? ¿Te vas a desnudar delante de él para enseñarle que no tienes aletas? ¿Le vas a decir lo que piensas? ¿Dime?
El hermano permaneció en silencio, y Eduard continuó: -Si no le dijeses más que la verdad, lo que realmente piensas de él, establecerías un diálogo en serio con un loco y tú mismo te convertirías en loco. Y así es como funciona el mundo que te rodea. Si insistiese en decirle la verdad a la cara, eso significaría que me lo tomo en serio.
Y tomarse en serio algo tan poco serio significa perder la seriedad. Yo, hermano, tengo que mentir si no quiero tomarme en serio a los locos y convertirme yo mismo en uno de los locos.
Eduard y Dios
El Libro de los Amores Ridículos
Milan Kundera
Tusquets Editores, S.A.
Barcelona, 2007