Llego al hotel. Está en una ciudad de aire italiano muy antiguo, con suelos de madera como los de El Resplandor. Hay muchos pasillos y habitaciones, unas muy lujosas, con camas de dosel, lámparas de araña y bañeras metálicas de principios del siglo XX y otras, aunque también bonitas, más humildes, como de albergue juvenil.
Por el hotel, hay soldados amigables que nos dicen que ha estallado la revolución y que el hotel es del pueblo, que puede alojarse quien quiera y que cada uno podemos coger la habitación que queramos, gratis. Empiezan a verse punkis y gente como salida de un after pululando por allí. A mí me entra miedo de que me roben el móvil y el ordenador e intento encontrar la habitación donde los he dejado para ponerlos a buen recaudo. Voy abriendo puertas. Encuentro una pareja de amigos en una habitación con el suelo cubierto de colchones y me tranquiliza verlos, pero sigo buscando.
Me encuentro con mi novio, y gente de su entorno. Me da mucha alegría, casi lloro, porque siento como si le hubiera perdido y luego encontrado. Me dice que nunca le puedo perder, porque está en mi cabeza y en mi vientre y así siempre le llevo conmigo. Estamos contentos y emocionados y me tumbo a dormir con él, pero yo sigo con la preocupación por el teléfono. Es casi de día, al día siguiente tengo curso y no he dormido nada. Estoy a gusto, pero le dejo durmiendo, y sigo buscando el teléfono por el hotel.
En una de las habitaciones, está mi hermano desnudo, sentado en un colchón. Está como siempre, pero medio calvo y con pelo blanco, de viejo, con una melena fea. Le digo que qué disgusto ha tenido y me dice que me siente, que tiene que contarme. Me cuenta que su exnovia se ha ido a trabajar a USA y que fue a verla y no le hizo ni caso, que por eso lo dejaron y que ahora ya no puede hacer pesas y se ha quedado calvo. Me lo cuenta en tono de broma, pero le noto muy triste.
Me da mucha pena ver triste a mi hermano y dejarle sólo, pero tengo que ir al curso, y me hago el firme propósito de que cuidaré más de mi hermano para que vuelva y le pondré bueno para que mi madre no le vea calvo y no se preocupe.
Pienso que tengo que dar más amor al mundo, o algo.