Define la R.A.E. hazana como "faena casera habitual y propia de la mujer", definición ésta que parece dar por sentado que, en el mejor de los casos, algunas de las faenas caseras son habituales y propias de la mujer. Como vivo solo y soy hombre, me quedo un poco preocupado, porque me veo obligado a hacer por mí mismo todas las faenas que mi casa requiere, y puede que mi hombría quede en entredicho al realizar algunas de ellas.
Con objeto de mantener mi hombría, y la otros muchos varones, fuera de toda sospecha, sólo nos quedan dos caminos: o se cambia la definición, adaptándola a la realidad actual de los quehaceres domésticos, o inventamos una nueva etimología que salve la identidad de mi género. Podríamos imaginar un origen arábigo, y no latino, como en la palabra hazaña, "acción o hecho, y especialmente hecho ilustre, señalado y heroico", considerando que la virgulilla debería dejarse en el perchero de la entrada, porque no puede tener cabida en nadie bien educado realizar tareas domésticas bajo techo con la cabeza cubierta. Y, además, ante una tarea doméstica bien hecha, hay que quitarse el sombrero.
O aún mejor: las dos opciones. Hora es ya de hacer justicia.