lunes, junio 23, 2014

Brillo en los ojos de Linneo

 En Estética de lo Borde, Smash -parece ser que en la elaboración del manifiesto participaron además de Julio, Gualberto, Antonio y Manuel, el que por entonces hacía las veces de "mánager" del grupo, Gonzalo García Pelayo- dividía el mundo de la siguiente guisa:
El mundo se divide en:
1.1. Hombres de las praderas (Bob Dylan, Jimi Hendrix, Mick Jagger, etc.).
1.2. Hombres de las montañas (Manson, Hitler, etc.).
1.3. Hombres de las cuevas lúgubres (funcionarios).
1.4. Hombres de las cuevas suntuosas (presidentes de consejos de administración, grandes mercaderes).
Los hombres de las praderas son los únicos que están en el rrollo y que han salido del huevo. Sus carnets de identidad son sus caritas. Los hombres de las montañas se enrollan por el palo de la violencia y la marcha física. Los hombres de las cuevas lúgubres se enrollan por el palo del dogma y te suelen dar la vara chunga. Los hombres de las cuevas suntuosas se enrollan por el palo del dinero y del roneo.
Cuenta Díaz Velázquez en uno de los mejores enrrolles que se han hecho aquí sobre todo aquel movimiento de la música underground-progresiva (revista Cau, Barcelona) que cuando alguien preguntó a uno de los Smash si era un hombre de las praderas, le contestó "¿Qué pasa contigo tío? ¿Es que no brillan mis ojos?"
De Qué Va el Rrollo
Jesús Ordovás
Las Ediciones de la Piqueta
Madrid 1977