El olvido, al igual que la memoria, es posible gracias a la acción conjunta de varias configuraciones narrativas que moldean la identidad de los protagonistas de un acontecimiento al tiempo que le dan forma a los contornos de los sucesos.
La reducción de un movimiento de masas a los itinerarios individuales de los denominados líderes, portavoces o representantes (sobre todo si todos estos representantes han renunciado a sus "errores del pasado") es una vieja táctica de confiscación cuya eficacia se ha puesto a prueba en más de una ocasión.
Limitada de esa forma, toda revuelta colectiva pierde carácter incisivo; se queda en poco más que la angustia existencial de los destinos individuales.
La insurrección restringe así al dominio de unas pocas "personalidades" a las que los medios conceden innumerables ocasiones de revisar o reinventar anteriores motivaciones.
Mayo del 68 y sus Vidas Posteriores
Ensayo Contra la Despolitización de la Memoria
Kristin Ross
Ediciones Acuarela
Boadilla del Monte (Madrid), marzo 2008