lunes, diciembre 21, 2009

Resucitar o coger

Se cuenta que el Emir de los creyentes, Harún al-Rasid, pasaba una noche entre dos esclavas: una medení y la otra kufí. La primera le acariciaba los pies y la segunda las manos. La mediní conseguía que la mercancía se levantase. La kufí le dijo: "Veo que quieres apropiarte, tu sola, del capital. Dame mi parte." La mediní contestó: "Malik, que lo sabía de Hisam b Urwa, que lo había oído referir a su padre y éste había conocido al Profeta, refiere: "Quien resucita una tierra muerta, la hace suya para sí y sus descendientes"."
La kufí dio un empujón a la mediní, lo cogió todo con sus manos y dijo: "Al-Amás, que lo sabe de Jaitama, que lo sabe de Abd Allah b. Masud, y éste del Profeta refiere: "La caza pertenece a quien la coge, y no a quien la levanta"."
Noche 387
Las Mil y Una Noches V. II
Traducción y notas de Juan Vernet
Editorial Planeta. Barcelona, 1965

7 comentarios :

Aitana Luis dijo...

Pues sí que me ha gustado sí.

la señorita rottenmeier dijo...

Pues a mí regular. Hala, a polemizar.

Google dijo...

Quizás quiso decir: Polinizar

victorzurdo dijo...

¡Regular, así, sin argumentos!
Así no se polemiza, señorita. Hasta para la polinización hacen falta razones.

Alberto MATE dijo...

qué sorpresa, víctor.
mire que su cara me suena...

muy buenos los dibujos. me gustan mucho.

por cierto, si le molesta la srta.rottenmeier no tenga apuro en notificármelo.

la señorita rottenmeier dijo...

Levantar, coger, mercancía, caza, me parecen términos pretendidamente sutiles sin serlo.
El dibujo, en cambio, me resulta demasiado explícito, a la par que desalentador.
Y no entraré en juicios morales pero la última frase, a mi entender, otorga patente de corso para apropiarse de lo ajeno, lo cual es como poco, discutible.

victorzurdo dijo...

Estimada señorita R.
Estoy seguro de que usted comprende que la sutileza no se entiende hoy como hace 1000 años. Si añadimos los matices que se pierden inevitablemente en la traducción, máxime tratándose de una lengua no indoeuropea, me parece a mí que no podemos hilar tan fino con el asunto del léxico. Yo, por lo menos, no puedo.
Prefiero quedarme con la licitud del deseo sexual en las mujeres, y del derecho a tomar una actitud activa parte satisfacerlo, cosas ambas inéditas en la moral judeocristiana.
En absoluto defiende apropiarse de lo ajeno, creo yo; más bien recuerda que el descubrimiento no implica posesión.
El dibujo es explicitísimo, desde luego. Y tirando a desalentador, sí. Ahí cedo.
Así se polemiza, señorita.

Por el momento parece que se comporta, Alberto.
Pero gracias por su ofrecimiento. Y por su visita.