Debo de tener unos seis años, pero hasta un niño de tres comprende que aprovechar el arcén para adelantar a la gente que soporta un atasco camino de la playa, es de miserables. Por eso me puse tan contento cuando vi a un dos caballos habitado por unos jipis salirse de la fila, e incorporarse al arcén. Respetaron, sin embargo, el ritmo del atasco, en el que el conductor del coche inmediatamente anterior les guardaba espacio suficiente para incorporarse cuando quisieran, y se contentaron con obligar al conductor miserable a respetar también la velocidad que imponía la situación.
Lo mejor no era la justicia triunfante, sino la sana humillación a la que se vio sometida el conductor tramposo por parte del resto de conductores y pasajeros. Nadie disimulaba las carcajadas y el tipo aquel parecía cada vez más pequeño y más inofensivo. El atasco se parecía de pronto a una fiesta porque, una vez se consiguió frenar al acelerado, todo el mundo dejó de tener prisa.
4 comentarios :
Ey, me acuerdo, me acuerdo, de esto si k si. Como olvidarlo!!!
Toda la gente del atasco tan entretenida a cuenta del listillo, k en akel momento empezó a parecer muy tonto. Un ejemplo de colaboración, de k si nos unimos todos no dejamos k los listillos nos adelanten injustamente.
Por cierto tu siempre tienes 3 años. En este caso no, tenias más de 7, siento romper el embrujo pero....
Toda una lección, sí. Tienes razón, ya vivíamos en Barcelona, así que edito la entrada; pero seis años, ni uno más.
Qué placer ver algo así! menudo gustazo
Esta claro años afrriba o abajo, que yo conducia, y no lo recuerdo, lastima por que, debio ser grandioso, lo que monos me suena, es "la alineación" de los acupantes del vehículo justiciero, no obstante como recurso literario es muy bello
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