173. He aquí cómo [Amasis] despachaba sus asuntos: desde el amanecer hasta la hora en la que se llena el ágora trataba con interés los problemas que le eran presentados.
Pero en tal hora se ponía a beber, tomaba el pelo a sus invitados y se manejaba de manera chistosa.
Enojados por esto, sus amigos intentaron ponerle en razón; le dijeron: "Rey, tú a ti mismo no te riges bien, porque desciendes a bajezas excesivas; deberías sentarte augusto en tu augusto trono, y despachar durante el día tus asuntos.
Entonces los egipcios sabrían que los gobierna realmente un hombre grande y tú gozarías de una mejor fama. Tu conducta de ahora no tiene nada de regia."
Y él les contestó: "Quien tiene un arco lo tiende sólo cuando lo necesita, y cuando ya lo ha usado lo distiende. Pues, si los arcos estuvieran tensos durante todo el día, se rajarían, y nadie podría usarlos cuando la cosa precisara.
Ésta es la condición del hombre, si se ocupara conjuntamente de temas serios, sin abandonarse, alternativamente, a una diversión, acabaría loco o estúpido sin darse cuenta." Esto es lo que respondió a sus amigos.
Historia
Herodoto
Traducción de Manuel Balasch
Ediciones Cátedra - Letras Universales
Madrid 2011