jueves, julio 23, 2020

Arrieritos somos

 
Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá,
y daban de comer a las palomas.

Probablemente que todo eso debe de ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son,
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones.
Tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales.
Resulta bochornoso verles fanfarronear:
a ver quién es el que la tiene más grande.

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz.
Juegan con cosas que no tienen repuesto.
Y la culpa es de el otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quien en la cosa nada tiene que perder,
pulsan la alarma y rompen las promesas.
Y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer,
nos ponen la pistola en la cabeza.
Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
Y experimentan nuevos metodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.
No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Pero eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño en propiciar
un díalogo de franca distensión,
que les permita hallar un marco previo

que garantice unas premisas mínimas,
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz,
de este a oeste, y de sur a norte,
donde establecer las bases de un tratado de amistad,
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma, donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.

Algo Personal
Cada Loco Con su Tema
Joan Manuel Serrat
Ariola, 1983