lunes, octubre 30, 2006

En casa y cumpleaños de Irene


Animamos a la gente a descalzarse al llegar a casa. Sacamos la tetera y procuramos que el té esté muy caliente, por el simple placer de dejar que se enfríe sin prisas.

El famoso pincel-rotulador que me prometió Inma al fin ha llegado a mis manos. Y es tal y como lo soñé. Gracias, Inma.

Fui al cumpleaños de Irene sin conocer a casi nadie, pero cuando me fui había mucha gente de la que despedirse; así deberían ser todas las fiestas.

4 comentarios :

Anónimo dijo...

Qué bonito, coño.
Si que le has cogido bien el punto. Tendremos que regalarte entonces una caja completa para que puedas meter colores.
Me siento como un mecenas!!!

Anónimo dijo...

no sé si te acordarás, pero cuando te conocí pedí que me enseñaras tu bloc. Cuando el silencio de mi estupefacción dio paso a algunas palabras te confesé q en granada, entre nosotros, cuando nos enseñábamos nuestros dibujos y alguno provocaba admiración con mayúsculas, sustituíamos el piropo x un insulto hacia el autor...esa tarde debí insultarte como mil veces, en todas ellas t dí x avisado :). Tiempo después vuelvo a ver tus maravillas. Tus dibujos son brutales, llenos d detalles q denotan virtuosismo y talento...mucho talento. Víctor hoy no t insultaré. Kizás alguien se lo tome a mal. Pero tú sí, date x insultado. Eres un mákina. Un abrazo

Anónimo dijo...

yo no sabia que Inma prometió regalarte un rotu. No sé si son mágicos o no pero de todos modos !Gracias Inma!, de veras gracias. Oye si me compro uno de esos, dibujaré tan bien como el maldito vic? yo si te insulto (pero es de admiración)

María José Reche dijo...

esos rotus van muy bien!!! tienen el trazo de un pincel de sumi-e pero no tienes que estar mojándolo en tinta todo el rato,,, y no se deforman!
un saludo!