sábado, enero 01, 2011

Feliz 2011 para papalagis

(...) Cuando en una ciudad europea ha pasado una cierta parte del tiempo, estalla en un espantoso y clamoroso estrépito.
Cuando este ruido del tiempo suena, los Papalagi se lamentan: "¡Terrible, otra hora esfumada!". Y entonces, como una norma, ponen un rostro sombrío como alguien que tiene que vivir una gran tragedia. Asombroso, pues inmediatamente después empieza una nueva hora.
(...) Creo que el tiempo resbala de sus manos como una serpiente deslizándose de una mano húmeda, tan sólo porque siempre trata de agarrarse a él. No dejará que el tiempo venga a él, sino que correrá tras él con las manos extendidas. No se permitirá malgastar el tiempo tumbándose al sol. Siempre quieren mantenerlo en sus brazos, darle y dedicarle canciones e historias.
Pero el tiempo es tranquilidad y paz amorosa, amar, descansar, y tenderse en una estera, imperturbable. Los Papalagi no han entendido al tiempo, y por consiguiente lo han maltratado con sus bárbaras prácticas.



¡Oh mis hermanos amados! Nosotros nunca nos hemos lamentado sobre el tiempo, lo hemos amado del modo en que era, nunca lo hemos perseguido o cortado en rebanadas. Nunca nos da preocupación o pesadumbre. Si hay alguno entre vosotros que no tiene tiempo ¡Dejadle que hable!

(...) Nosotros debemos liberar al engañado Papalagi de sus desilusiones y devolverle el tiempo. Cojamos sus pequeñas y redondas máquinas del tiempo, aplastémoslas y digámosles que hay más tiempo entre el amanecer y el ocaso del que un hombre ordinario puede gastar.
Los Papalagi
Los Célebres Discursos de un jefe samoano
Tuavii de Tiavea
Reunidos por Erich Scheurmann
Pastanaga  Editors e Integral Edicions, S.C.
Barcelona 1983

3 comentarios :

Erredé dijo...

A mi me ha recordado mucho a los Cronopios y Famas de Cortazar.

victorzurdo dijo...

Mmmmmm... Sí, en realidad dice o mismo. Unos llegan desde la figura del intelectual, y otros desde la del buen salvaje. Y todos se encuentran en la destrucción de los relojes.
Pues no va a quedar más remedio que destruirlos todos ¿no?

Erredé dijo...

Destruyámolos si es preciso.