martes, diciembre 23, 2008
lunes, noviembre 24, 2008
Palabras contra la crisis
Por tanto os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni almacenan las semillas; y no las falta el alimento. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?. Mas ¿quién de vosotros podrá, por preocuparse, alargar su vida un solo día?
Y por el vestido ¿por qué os preocupais? Mirad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada al fuego, se la viste así, ¿no habrá mucho más para vosotros, hombres de poca fe?
No temais el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán.
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni almacenan las semillas; y no las falta el alimento. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?. Mas ¿quién de vosotros podrá, por preocuparse, alargar su vida un solo día?
Y por el vestido ¿por qué os preocupais? Mirad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada al fuego, se la viste así, ¿no habrá mucho más para vosotros, hombres de poca fe?
No temais el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán.
Mateo 6:25-34
lunes, noviembre 17, 2008
Otro sueño cumplido
Además de agradable, soy muy auténtica. ¡Miren qué cuerpo! Todo hecho a medida... Rasgado de ojos, ochenta mil. Nariz, doscientos mil...¡tirados a la basura!, porque un año después me la pusieron así de otro palizón. Ya sé que me da mucha personalidad, pero si llego a saberlo, ni me la toco.
Continúo... ¿Tetas? Dos... porque no soy ningún monstruo. Setenta mil cada una, pero éstas ya las tengo súper amortizadas. Silicon... ("¡¿dónde?!", pregunta un joven desde el público). Labios, frente, pómulos, cadera y culo. El litro cuesta unas cien mil, así que echan la cuenta, porque yo ya la he perdido. Limadura de mandíbula, setenta mil. Depilación definitiva láser -porque la mujer también viene del mono, bueno, tanto o más que el hombre-, sesenta mil por sesión. Depende de lo barbuda que uno sea, lo normal es de dos a cuatro sesiones... Pero si eres folclórica necesitas más, claro.
Bueno, lo que les estaba diciendo es que cuesta mucho ser auténtica, señora. Y en estas cosas no hay que ser tacaña...
porque una es más auténtica cuanto más se parezca a la imagen que soñó de sí misma."
Continúo... ¿Tetas? Dos... porque no soy ningún monstruo. Setenta mil cada una, pero éstas ya las tengo súper amortizadas. Silicon... ("¡¿dónde?!", pregunta un joven desde el público). Labios, frente, pómulos, cadera y culo. El litro cuesta unas cien mil, así que echan la cuenta, porque yo ya la he perdido. Limadura de mandíbula, setenta mil. Depilación definitiva láser -porque la mujer también viene del mono, bueno, tanto o más que el hombre-, sesenta mil por sesión. Depende de lo barbuda que uno sea, lo normal es de dos a cuatro sesiones... Pero si eres folclórica necesitas más, claro.
Bueno, lo que les estaba diciendo es que cuesta mucho ser auténtica, señora. Y en estas cosas no hay que ser tacaña...
porque una es más auténtica cuanto más se parezca a la imagen que soñó de sí misma."
La Agrado
"Todo Sobre mi Madre"
Pedro Amodóvar
"Todo Sobre mi Madre"
Pedro Amodóvar
viernes, noviembre 14, 2008
Edipo en blanco y negro (especial aniversario)
No voy a olvidar nunca al tipo uniformado que me impidió entrar en el Taj Majal con las acuarelas al grito de "no colors inside". No había problema con los rotuladores: pero los colores no podían permitirse de ninguna de las maneras. No lo entendí hasta que no vi el monumento con mis propios ojos.
De pronto aquel tipo me pareció un sabio.
Tampoco llevaría nunca los colores a París, porque el París de mis sueños tampoco tiene colores: es el París que va desde la ocupación de la Segunda Guerra Mundial hasta Mayo del 68.
El París de Brigitte Bardot, Truffaut, Brassens, Sartre, Picasso, las pipas, Goscinny, Cartier Bresson, la Rayuela de Cortázar, las bufandas, los Humanoïdes Associés, incluso Godard cuando no se ponía pesado, que era casi siempre.
El París de la familia de clase media del pequeño Nicolás, sobre todo cuando cuando el pequeño Nicolás dejó de ser tan pequeño, y gritó que debajo del asfalto crecía la hierba, con ese contacto con la realidad que sólo mantienen los que piden lo imposible.
Amante de la madre, París, también quiso matar la autoridad paterna y reinventar el mundo. Pero como no supo dónde encontrar a su padre, éste es un Edipo que nunca reinó.
este año se cumplen 40 de aquel fracaso, pero excepto por la publicación de un par de sesudos libros para sociólogos, a nadie parece haberle importado mucho.
¿Qué pena, no?
De pronto aquel tipo me pareció un sabio.
Tampoco llevaría nunca los colores a París, porque el París de mis sueños tampoco tiene colores: es el París que va desde la ocupación de la Segunda Guerra Mundial hasta Mayo del 68.
El París de Brigitte Bardot, Truffaut, Brassens, Sartre, Picasso, las pipas, Goscinny, Cartier Bresson, la Rayuela de Cortázar, las bufandas, los Humanoïdes Associés, incluso Godard cuando no se ponía pesado, que era casi siempre.
El París de la familia de clase media del pequeño Nicolás, sobre todo cuando cuando el pequeño Nicolás dejó de ser tan pequeño, y gritó que debajo del asfalto crecía la hierba, con ese contacto con la realidad que sólo mantienen los que piden lo imposible.
Amante de la madre, París, también quiso matar la autoridad paterna y reinventar el mundo. Pero como no supo dónde encontrar a su padre, éste es un Edipo que nunca reinó.
este año se cumplen 40 de aquel fracaso, pero excepto por la publicación de un par de sesudos libros para sociólogos, a nadie parece haberle importado mucho.
¿Qué pena, no?
martes, noviembre 04, 2008
El sueño de muchos
While riding on a train goin' west,
I fell asleep for to take my rest.
I dreamed a dream that made me sad,
I fell asleep for to take my rest.
I dreamed a dream that made me sad,
With half-damp eyes I stared to the room
Where my friends and I spent many an afternoon,
Where we together weathered many a storm,
Laughin' and singin' till the early hours of the morn.
Where my friends and I spent many an afternoon,
Where we together weathered many a storm,
Laughin' and singin' till the early hours of the morn.
By the old wooden stove where our hats was hung,
Our words were told, our songs were sung,
Where we longed for nothin' and were quite satisfied
Talkin' and a-jokin' about the world outside.
Our words were told, our songs were sung,
Where we longed for nothin' and were quite satisfied
Talkin' and a-jokin' about the world outside.
With haunted hearts through the heat and cold,
We never thought we could ever get old.
We thought we could sit forever in fun
But our chances really was a million to one.
We never thought we could ever get old.
We thought we could sit forever in fun
But our chances really was a million to one.
As easy it was to tell black from white,
It was all that easy to tell wrong from right.
And our choices were few and the thought never hit
That the one road we traveled would ever shatter and split.
It was all that easy to tell wrong from right.
And our choices were few and the thought never hit
That the one road we traveled would ever shatter and split.
How many a year has passed and gone,
And many a gamble has been lost and won,
And many a road taken by many a friend,
And each one I've never seen again.
And many a gamble has been lost and won,
And many a road taken by many a friend,
And each one I've never seen again.
I wish, I wish, I wish in vain,
That we could sit simply in that room again.
Ten thousand dollars at the drop of a hat,
I'd give it all gladly if our lives could be like that.
That we could sit simply in that room again.
Ten thousand dollars at the drop of a hat,
I'd give it all gladly if our lives could be like that.
"Bob Dylan's Dream"
The freewheelin' Bob Dylan
jueves, octubre 30, 2008
Pregúntale a India
En la India, cuando los viajeros entablan conversación entre ellos en los hoteles, los autobuses, o las salas de espera de los aeropuertos, no hablan de sus países de origen, ni de ninguno de los temas de conversación habituales entre turistas. Hablan de las sorprendentes anécdotas que sólo este viaje puede regalarles. Y al construir la narración le encuentran ese sentido que necesitaban para poderlo incorporar a su experiencia.
La India, como la mili o el LSD, forma parte de ese tipo de vivencias que marcan de alguna manera el carácter, y que generan una complicidad entre los que lo han vivido.
Y, sobre todo, son una fuente de batallitas capaz de acabar con la paciencia de cualquiera.
Dice Iván que allí, si repites cinco veces la misma pregunta, encontrarás cinco respuestas distintas.
Lo mejor es que, de algún modo, todas son verdad.
¿No es ese un buen motivo para repetir la pregunta?
La India, como la mili o el LSD, forma parte de ese tipo de vivencias que marcan de alguna manera el carácter, y que generan una complicidad entre los que lo han vivido.
Y, sobre todo, son una fuente de batallitas capaz de acabar con la paciencia de cualquiera.
Dice Iván que allí, si repites cinco veces la misma pregunta, encontrarás cinco respuestas distintas.
Lo mejor es que, de algún modo, todas son verdad.
¿No es ese un buen motivo para repetir la pregunta?
lunes, octubre 20, 2008
Los días menguantes
Fue Kallan quien me habló de los espacios intermedios, mientras paseábamos una noche junto al puente que une Changspa y Leh. Y me habló de ellos precisamente para indicarme que no existen, igual que los espacios entre las palabras son parte de la caligrafía, y no interrupciones del escrito.
También en el tiempo contínuo de nuestras vidas tendemos a pensar en los momentos molestos como interrupciones. Y dejamos de poner atención, esperando a que nuestra vida se reanude para volver a disfrutarla.
Así, los días van menguando, según le vamos descontando los ratos que perdemos fregando los cacharros, lavándonos los dientes o dirigiéndonos al trabajo. Algunas personas no consiguen vivir más de tres o cuatro horas diarias.
A Baudelaire debería perdonársele la puñetera ambición de ser sublime, aunque sólo fuera por el deseo de constancia.
martes, septiembre 30, 2008
El voto en mis bolsillos
Cuando Rinchen me contó lo mucho que habían cambiado Changspa y Leh en 15 años, yo, que sé que en realidad Leh es de los lugares del mundo que menos han cambiado, volví a tener la sensación de llegar tarde al lugar adecuado, y de haberme perdido una parte de lo mejor del lugar.Ahora que parece que sólo existen destinos turísticos o en guerra, la búsqueda de lo auténtico consigue hacer brotar puestos de souvenirs en los lugares más inverosímiles. Y mientras en las guías te explican lo que es el turismo responsable, yo me pregunto si debería sentirme responsable de los cambios que experimente un lugar que yo visite después de que me haya ido.
Paso más de trescientos días al año en Madrid, y me preguntan mi opinión una vez cada cuatro años. Pero no es vinculante, porque nada obliga a los partidos a respetar su programa electoral.
Ya no quiero ser votante; ahora quiero ser turista, y cambiar cada día, con mi actitud, el lugar en el que vivo.
Paso más de trescientos días al año en Madrid, y me preguntan mi opinión una vez cada cuatro años. Pero no es vinculante, porque nada obliga a los partidos a respetar su programa electoral.
Ya no quiero ser votante; ahora quiero ser turista, y cambiar cada día, con mi actitud, el lugar en el que vivo.
lunes, septiembre 22, 2008
Ir viendo
Si me admiro del sobrecogedor paisaje en la carretera Manali-Leh, me como 20 horas de autobús con una ventanilla rota, y el consecuente trancazo. Si me entusiasmo con las aguas termales de Manali para ducharme, me ducho en un cubo.
Si acepto los precios de las habitaciones, duermo con sus bichos. Si me llevo el recuerdo de la gente que se ofrece a ayudarme en la estación para conseguir un billete de Pune a Bombai, también la indolencia de los vendedores en sus ventanillas.Si admiro a Gandhi, desprecio el sistema de castas. Si intento aprender Yoga en 15 días, lo banalizo. Si me río de las coreografías de Bollywood, renuncio a entender otro código estético y narrativo.
Demasiadas veces de entre las posibilidades que te brinda la India ninguna te acaba de convencer. De todas formas, con frecuencia la mejor opción no es la que eliges, sino la que te elige a ti.
Este es el único lugar que conozco en el que "ya iremos viendo" no es una manera de aplazar la decisión, sino una decisión en sí misma.
Si acepto los precios de las habitaciones, duermo con sus bichos. Si me llevo el recuerdo de la gente que se ofrece a ayudarme en la estación para conseguir un billete de Pune a Bombai, también la indolencia de los vendedores en sus ventanillas.Si admiro a Gandhi, desprecio el sistema de castas. Si intento aprender Yoga en 15 días, lo banalizo. Si me río de las coreografías de Bollywood, renuncio a entender otro código estético y narrativo.
Demasiadas veces de entre las posibilidades que te brinda la India ninguna te acaba de convencer. De todas formas, con frecuencia la mejor opción no es la que eliges, sino la que te elige a ti.
Este es el único lugar que conozco en el que "ya iremos viendo" no es una manera de aplazar la decisión, sino una decisión en sí misma.
martes, septiembre 16, 2008
Luz en el sueño
Muchos recordaréis el sueño que tuve una noche en Kathmandú, hace ahora algo más de un año. Aunque me desperté con la seguridad de que era algo más que un sueño, a estas alturas apenas alcanzaba la categoría de anécdota, y lo tenía bastante olvidado.
Y sin embargo, todo sucedió tal y como lo soñé.
Subimos en grupo por un Himalaya árido y pedregoso, sorprendentemente parecido al del sueño. Sufrí mal de altura al llegar, y dormí en tres lugares distintos:
El primero estaba entre unas stupas, detras de un muro.
El segundo fue un lugar en el que el suelo estaba cubierto por alfombras de colores oscuros.
El tercero era una habitación bastante cutre con desconchones en las paredes.
Conocí a dos personas cuando se cruzaron por casualidad cerca del muro, que habían tenido ciertas experiencias que habían cambiado su manera de ver las cosas. Escuché su historia porque, aunque no lo sabían, me la tenían que explicar.
Al contrario de los planes que se habían hecho, finalmente vino a recogernos al aeropuerto quien yo había soñado que nos vendría a buscar. Y en menos de 48 horas, Granada vino a casa casi sin avisar, lo que siempre es una buena noticia.
Algunas personas me han preguntado qué creo que significa. Yo no lo sé. No soy un adivino.
Otras me preguntan qué me dijeron los que se cruzaron cerca del muro. Creen que podrán desentrañar un misterio, o descubrir una verdad absoluta que nos ilumine a todos.
No hace falta más luz: para ver, sólo hay que abrir los ojos.
Y sin embargo, todo sucedió tal y como lo soñé.
Subimos en grupo por un Himalaya árido y pedregoso, sorprendentemente parecido al del sueño. Sufrí mal de altura al llegar, y dormí en tres lugares distintos:
El primero estaba entre unas stupas, detras de un muro.
El segundo fue un lugar en el que el suelo estaba cubierto por alfombras de colores oscuros.
El tercero era una habitación bastante cutre con desconchones en las paredes.
Conocí a dos personas cuando se cruzaron por casualidad cerca del muro, que habían tenido ciertas experiencias que habían cambiado su manera de ver las cosas. Escuché su historia porque, aunque no lo sabían, me la tenían que explicar.
Al contrario de los planes que se habían hecho, finalmente vino a recogernos al aeropuerto quien yo había soñado que nos vendría a buscar. Y en menos de 48 horas, Granada vino a casa casi sin avisar, lo que siempre es una buena noticia.
Algunas personas me han preguntado qué creo que significa. Yo no lo sé. No soy un adivino.
Otras me preguntan qué me dijeron los que se cruzaron cerca del muro. Creen que podrán desentrañar un misterio, o descubrir una verdad absoluta que nos ilumine a todos.
No hace falta más luz: para ver, sólo hay que abrir los ojos.
lunes, septiembre 08, 2008
Avestruces en la India
Todo el mundo en la India, antes o después, mira hacia otro lado. Ante la pobreza extrema o los cuerpos castigados por la enfermedad, esconder la cabeza es un acto reflejo de supervivencia de un código moral que no puede mantener su vigencia en el nuevo contexto.
Y al volver a casa me pregunto cuánto de lejos debería irme para que todo lo que no quiero ver dejara de existir. Porque no estoy tan lejos; aún sé que existe. Y porque lo que pasa más cerca no es tan distinto.
Éste es un problema moral irresoluble, porque sólo admite remiendos, que no cambiarán las cosas.
Así que eso es lo que hay: aguja e hilo.
lunes, septiembre 01, 2008
Reuniones de primavera
Antes de irnos de vacaciones disfrutamos de las reuniones de primavera. Nunca deja de sorprenderme cómo afecta el clima a la vida social.
Mientras Sofía se despedía de sus 29 años, todos aprovechmos para decirnos adiós hasta septiembre.
Muy pronto, los dibujos del verano.
miércoles, julio 09, 2008
Puestos a pedir
No pido mucho
poder hablar sin cambiar la voz
caminar sin muletas
hacer el amor sin que haya que pedir permiso
escribir en un papel sin rayas.
poder hablar sin cambiar la voz
caminar sin muletas
hacer el amor sin que haya que pedir permiso
escribir en un papel sin rayas.
O bien si parece demasiado
escribir sin tener que cambiar la voz
caminar sin rayas
hablar sin que haya que pedir permiso
hacer el amor sin muletas.escribir sin tener que cambiar la voz
caminar sin rayas
hablar sin que haya que pedir permiso
O bien si parece demasiado
hacer el amor sin que haya que cambiar la voz
escribir sin muletas
caminar sin que haya que pedir permiso
hablar sin rayas.
hacer el amor sin que haya que cambiar la voz
escribir sin muletas
caminar sin que haya que pedir permiso
hablar sin rayas.
O bien si parece demasiado…
Kiko Veneno y Miquel Martí Pol
martes, mayo 20, 2008
Carmen, o la lucidez de la intuición
Ahora que la memoria a veces la traiciona, Carmen apoya con más frecuencia su lucidez en la intuición. Puedo notar cómo me evalúa con una mirada justo antes de sonreirme.
Carmen sabe ahora mejor que nunca que me cae tan bien como yo la caigo a ella. Por eso disfrutamos tanto cuando paseamos por sus recuerdos, Sofía de una mano, yo de otra.
El tiempo es una bestia mitológica y terrible dormida a sus pies.
A lo mejor por eso nadie levanta la voz mientras charlamos.
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